viernes, 21 de septiembre de 2012


A veces no puedo discutir sobre política porque pienso que todos tienen razón

El otro día fui a un asado y un hombre que se llama Juan Carlos dijo que en Tucumán hacían asados en un club todos los fines de semana, y que a la cena se presentaba un perro muy educado que se sentaba a comer con la gente. Comía y después se iba. La gente para homenajear al perro le hizo una estatua en la plaza. Juan Carlos dijo que el perro en realidad era la reencarnación de un vecino de la zona, y que la gente reencarna casi siempre en perros

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