Hoy
estuve en mi casa conmigo misma, y perdí mi amado esmalte negro, que tanto
dinero costó, porque es un esmalte especial que cuida las uñas y no las reseca.
Me da tanta bronca. Revolví todo. Me di cuenta de que el cajón de ropa interior
está re desordenado y que así se arruinan las cosas que más me gustaría cuidar.
Descubrí un corpiño viejo que es hermoso, y también guardaba un vestido de
novia miniatura de Barbie, que también es de encaje blanco. Todo esto viene muy
a cuenta porque mi amiga se compró lencería erótica blanca, como si se fuera a
casar o algo por el estilo. Yo definitivamente, no me quiero casar ni loca. Eso
es algo decidido. Pero más allá de estas cuestiones, Candela no llama hace más
de dos días y me preocupo un poco porque
el otro día se fue a la cancha a ver a Belgrano de Córdoba, y luego no supe más
nada. Por ahí la secuestró la barrabrava. Tampoco estuve escuchando la radio y
hoy no leí los diarios porque no me quería enterar de ninguna mala noticia. A la tarde, en la tele dieron una película de
un niño ciego que era un genio de la música. Sin embargo, trataba mal a todo el
mundo, y nadie se enojaba con él porque era ciego y le tenían lástima. Le
decían “Peter, todas las cosas maravillosas que te estás perdiendo, esta sala
magnífica con estas columnas de mármol”. Al final, la madre era una loca controladora
que no dejaba que su hijo se enfrente con el mundo. Mi mamá dijo que mi abuelo
no era ciego pero que podía tocar el piano con la luz apagada, como un don,
como el don de Peter que era genio de la música y trasmitía todo lo que no
podía ver ahí, con el piano. Como Stevie Wonder, Ray Charles, y Elton John (que
no es ciego pero no ve un pomo). Entonces es una constante que se mantiene en
el tiempo: ciegos genios de la música. La diferencia hecha virtud, el eslabón
roto, etc. La película, de todas maneras enseña que los ciegos no siempre tienen la razón. Eso
me hizo pensar que los pobres a veces tampoco tienen razón, y así muchas cosas
en la vida.
jueves, 31 de mayo de 2012
martes, 29 de mayo de 2012
Este es
un verano cruel. Cerró la mejor panadería del mundo. Las macetas que parecían
árboles se secaron todas. A mi amiga se le cayó el cabello por una tintura
vencida. Todo parece ser un desastre. Lo único que me hace sentir bien es la
campaña que estoy llevando adelante, se llama: ayudemos a los wichis del norte.
Estoy juntando comida y ropa desde la primavera. Hice un grupo en Facebook.
Todo empezó en una reunión de ex compañeros de la secundaria. Marcela, una
chica que ahora es profesora de literatura y además tiene una banda Indie, nos
contó que había vuelto de su viaje al norte hace poco tiempo “me llama la
atención que exista todavía la caza como medio de subsistencia”. Esta cuestión
me alarmó. Yo, que nunca había hecho nada en mi vida, más que trabajar en el
negocio familiar, tenía que hacer algo. Así empezó todo.
Mi casa
está llena de cosas para los winchis: zapatillas, alimentos no perecederos,
remeras batick que hace mi mamá. Estoy pensando slogans para la campaña
solidaria pero no se me ocurre ninguno. A mi amiga se le ocurrió este: “todos
somos wichis, ser wichis es amor, contacto con la naturaleza, tenemos que
indignarnos”.
Ya no
tengo espacio para mí, tengo que comer en la punta de la mesa. Mi novio ya no
quiere venir más y dice que me tengo que mudar a otra parte o alquilar un
galpón para poner las cosas que juntamos. Todos los mediodías recorro barrios
que no conozco, con la camioneta del supermercado y les toco el timbre a las
personas. A veces lo llevo a mi perro Simba y la gente se enternece y ayuda.
-hola,
soy la administradora de una campaña para ayudar a nuestros hermanos wichis del
norte. Necesitamos alimentos no perecederos o ropa.
-¿es
tuya la camioneta del supermercado Simba?
-sí.
-¿y
cómo sé que no te llevás mi comida para venderla en tu supermercado?
Por
suerte es poca la gente que no quiere ayudar. Eso me consuela, porque después
de todo, el mundo no está habitado solamente por seres hostiles, sino por gente
amable que quiere compartir sus riquezas con los que menos tienen.
Pronto
fundaré mi propia ONG, y ambiciono que podamos salir en canales de cable con
actores que sean un poco famosos y puedan colaborar con la causa.
Marcela
compuso una canción inspirada en la acción solidaria. Tiene acordes suaves y
voces corales muy bien hechas, sin embargo, conservan la desprolijidad propia
del Indie. El recital se hizo en un bar que además tiene una galería de arte.
Fui con Santiago, un ex compañero de secundaria. Pero tuve mala suerte, y nos
cruzamos con mi novio que interpretó mal las cosas. Me dijo “te voy a hacer
matambre”, y se fue. Después de esa situación no me atendió más el teléfono. Es
una pérdida enorme, pero a fin de cuentas lo que más interesa en esta vida es
la causa, y por ella soy capaz de dar la vida.
domingo, 27 de mayo de 2012
11/05/2012 20:02:30 Un edificio compacto con mucho
hormigón y ventanales, plantas y galerías.
La plata sirve para que una se compre libros,
plantas, y ropa. Hoy todos llegamos a un acuerdo: en los colegios nos pagan
mal. Nuestro salario no tiene relación con nuestra fuerza de trabajo. Cuando
cobramos todos hacemos lo mismo: libros, plantas, y ropa. De vez en cuando
comer afuera. Ninguno llega a fin de mes. No podríamos tener hijos porque no
podríamos mantenerlos. Vivimos un poco de nuestros padres y no podemos ser
independientes.
Quiero, quiero todos los libros de Celine.
Domingo, 20 de mayo de 2012
Creo que se puede ser mentirosa y sincera a la vez.
Esas cosas pueden existir al mismo tiempo. Yo puedo mentir y no alterar el
orden de mi vida, ni hacer sentir mal a nadie. Puedo ser sincera y ser una
porquería, o ser buena persona y ser sincera. Un ser humano debe ser mentiroso
y sincero a la vez mientras no moleste a nadie en particular. Una en la vida
siempre es política. Eso hay que tenerlo bien claro. Hay que saber que siempre se actúa con malicia, y saber que una no es buen ser humano. No engañarse
es fundamental.
El sueño de Ipi:
Ipi tuvo un sueño: estaba en una confitería y la
camarera la trataba mal. Le robaba las facturas, entonces ipi se esconde en el
bolsillo un pedazo de factura. De repente estalla una guerra y empieza a correr
y a saltar paredes, hasta que se encuentra con un montón de perros salvajes de colores.
Ella les convida la factura que tiene en su bolsillo y se hace amiga de los
perros. Los perros eran de plastilina. Cuando los soldados la quieren tomar
prisionera, los perros la defienden y se salva.
viernes, 25 de mayo de 2012
El
gato verde
Había una vez, una nena que vivía adentro
de un zapallo naranja. Un buen día una mosquita (que también vivía en el
zapallo) le dijo que el exterior era un mundo maravilloso, lleno de sapos, ranas,
duendes y príncipes. La nena, entonces, comenzó a planear un escape; se le
ocurrió que si se comía todo el relleno del zapallo iba a poder salir. Todos
los días comía un poquito, hasta que se hizo un agujerito y por fin salió. Pero
el exterior no era como había dicho la mosquita. El mundo era un gran
pantano deshabitado. La nena caminó
mucho hasta llegar a un árbol muy alto, se acostó y se quedó dormida. Cuando
despertó comenzó a sentir olor a leños quemándose. Eran los duendes que estaban
haciendo un fueguito. Entonces ella les dijo:
-¿están
haciendo una fogata para invitarme a comer?
-no,
te vamos a hacer asado.
Los
duendes habían atado a la nena al árbol.
Cuando
salieron a buscar especias para la comida, apareció un gato verde y un nene de
remera rayada que era bello como un príncipe.
-¡ayudáme! -dijo la nena-.
-no
puedo, soy un príncipe que tiene mucho miedo.
-tenemos
que ayudarla –dijo el gato verde- esta niña es bella como un unicornio ¡y su
carita es un zapallito!
Entonces
el gato arañó las cuerdas; los nenes montaron encima del gato y éste salió
volando, dejando a su paso una estela de amor y cariño que era como un arcoiris
en el día de navidad.
Los
duendes por malos, tuvieron que comer sapo hervido y fueron toda la vida
infelices y sucios.
jueves, 24 de mayo de 2012
22/01/2012 0:00:22: El trabajo NO dignifica
Ayer fui a lo de Agustina y hablamos sobre el
trabajo. Ella me comentaba que trabajaba nueve horas, llegaba a su casa y lo
único que hacía era dormir otras diez horas. Después de una semana así, se
preguntaba si realmente tenía sentido vivir o trabajar. Le parecía una locura.
Yo siento lo mismo. En el fondo sé que pertenezco a la clase trabajadora y que
por eso me pasa lo que me pasa, pero no me conformo.
Un grupo de chicos de la fuerza armada brasilera
fueron al bar donde trabajo. Se emborracharon toda la tarde y me pidieron que
les ponga un cd de música brasilera. La música de ellos no deja de resultarme
extraña ¡son todas las canciones iguales! Mejor dicho, es como una canción
infinita que lo único que trasmite es excitación y alegría. No entiendo las letras, pero para mí todas las canciones
hablan de la felicidad de estar vivo. Después de tomarse quince cervezas, se
pusieron a bailar, sin ningún tipo de pudor. Me mostraban su baile. Un linyera
se acercó atraído por la fiesta. Cuando fui a ofrecerle algo de tomar me dijo:
“acabo de salir del barco de baba roja”.
14/01/2012 0:51:18
Se me ocurre un relato que tenga como protagonista a una jubilada que
va a tomarse la presión a la farmacia tres veces por día. Molesta tanto a las
empleadas que un día directamente no le abren. Entonces la anciana rompe la
vidriera con su bastón gritando: “tengo derecho a que me tomen la presión”.
Me compré un libro maravilloso de Hebe Uhart. Se ha sumado a mi lista
de preferidos. R. me envió un mail desde Ecuador, en realidad, fue un texto muy
breve el que escribió. Me decepcionó un poco. Dice que en Lima conocieron a
unos argentinos que los invitaron a una casa en Ecuador. No sé, me llama la atención.
Algunas ancianas son crueles. Hoy baldeaba la vereda y una vieja con
bastón me dijo que si se resbalaba me iba a costar caro.
18/01/2012 23:04
Hoy iba en el colectivo y me pregunté: ¿y si mejor no escribo nunca
más? ¿Para qué escribir? ¿Para quienes? Etc. Pensé en eso durante algunos
minutos, inmediatamente después comencé a pensar en posibles relatos. Uno era
sobre una chica que había adoptado una estrella de mar como mascota. La medre
le había advertido del peligro, pero a ella no le importaba porque le
encantaban las estrellas de mar. Primero, cuando la estrella de mar es bebé, la
mete en un vaso con agua. La estrella comienza a crecer, entonces compra una
pecera. Así sucesivamente, la chica compra recipientes más y más grandes. Un
día, mientras duerme, sueña que la cama está mojada, siente una textura rugosa
y áspera tocando su piel. Se levanta y ve que la estrella de mar durmió con
ella en la cama, y murió, porque no tenía agua. Es una estupidez, pero lo
inventé yo. Es imposible no escribir nunca más.
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