Hoy fui
a nadar. El vestuario de mujeres es húmedo y caliente. Me gusta estar en el
vestuario de mujeres. Me siento protegida. Todas las ancianas que salen de la
clase de aqua gym tienen excelentes cuerpos y conversan mientras se desnudan.
Después se bañan. Son muy seguras de sí mismas ¿Tienen esos cuerpos porque
nadaron toda su vida? Yo quiero ser como ellas.
Algunas llegan bailando porque en aqua gym también bailan. Hoy les tocó
cumbia villera. Cuando entro en la pileta todavía suena damas gratis. Damas
gratis me hace acordar a los bailes del colegio. A los chicos y al bazoca o al bubaloo.
No me gustaba mucho tranzar en esa época. Enseguida nos mandan a hacer
distintos estilos de nado. Al principio me siento torpe. Me aprietan las
antiparras. De repente me concentro. El agua es mi mejor amiga. Ya no me
cuesta. El profesor me felicita y nos indica nuevos objetivos. Laura y Celina
son las otras alumnas. Laura está embarazada, creo que Celina también. Trato de
alejarme de ellas porque tengo miedo de patearles las panzas sin querer. Una
hora y media. La clase terminó. Quiero estar en el agua toda la tarde. Cuando
me voy Laura le dice al profesor que va asistir a un programa de televisión.
Creo escuchar que en el programa hay un trampolín por el que se tira gente
famosa. Escucho: “Voy a llevar la cámara para sacarme fotos con ellos” y
después “no lo puedo evitar, es más fuerte que yo”. Salgo del vestuario
caliente que parece un útero. Estoy feliz. Progresé en las técnicas. Escucho
música. Mis músculos están relajados como si me hubieran cogido toda la tarde.
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