miércoles, 22 de mayo de 2013


Hoy fui a nadar. El vestuario de mujeres es húmedo y caliente. Me gusta estar en el vestuario de mujeres. Me siento protegida. Todas las ancianas que salen de la clase de aqua gym tienen excelentes cuerpos y conversan mientras se desnudan. Después se bañan. Son muy seguras de sí mismas ¿Tienen esos cuerpos porque nadaron toda su vida? Yo quiero ser como ellas.  Algunas llegan bailando porque en aqua gym también bailan. Hoy les tocó cumbia villera. Cuando entro en la pileta todavía suena damas gratis. Damas gratis me hace acordar a los bailes del colegio. A los chicos y al bazoca o al bubaloo. No me gustaba mucho tranzar en esa época. Enseguida nos mandan a hacer distintos estilos de nado. Al principio me siento torpe. Me aprietan las antiparras. De repente me concentro. El agua es mi mejor amiga. Ya no me cuesta. El profesor me felicita y nos indica nuevos objetivos. Laura y Celina son las otras alumnas. Laura está embarazada, creo que Celina también. Trato de alejarme de ellas porque tengo miedo de patearles las panzas sin querer. Una hora y media. La clase terminó. Quiero estar en el agua toda la tarde. Cuando me voy Laura le dice al profesor que va asistir a un programa de televisión. Creo escuchar que en el programa hay un trampolín por el que se tira gente famosa. Escucho: “Voy a llevar la cámara para sacarme fotos con ellos” y después “no lo puedo evitar, es más fuerte que yo”. Salgo del vestuario caliente que parece un útero. Estoy feliz. Progresé en las técnicas. Escucho música. Mis músculos están relajados como si me hubieran cogido toda la tarde. 

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