jueves, 28 de febrero de 2013


Los perros más inteligentes del barrio

Keiko era un perro inteligente, aunque era viejo y lo mataron dos pitbulls antes de que empezara el verano. No era mío pero yo lloré porque era un perro vivo, de esos que saben lo que hacen y venía siempre a comer a casa.  Mi papá decía que Keiko era la reencarnación de un perro negro que había tenido de chico, que por eso se quedaba en la puerta y entraba al patio, pero para mí venía por la comida. La gringa era otro perro del barrio que siempre nos seguía a todos lados, cuando nos trepábamos a los árboles o cuando armábamos carritos con las ruedas de cortadoras de pasto viejas. Era un perro vivo y te daba ambas patas y tenía cara de estar pensando. Murió porque la atropelló un camión.  Después tuvimos a Confianza, una perra que estaba embarazada y un día desapareció, no era tan inteligente pero rapidamente se hacía amiga. Enseguida apareció Antena, una perra que siempre piensa, se destacó enseguida del resto. Parece discriminación pero es así. Me seguía a todos lados y daba la pata, hacía fiestas, golpeaba la puerta,  y cuando le hablás te mira a los ojos. Sabe como comportarse y no hace muchas cosas de perro. Le tiene miedo a las tormentas y a los cohetes y se esconde debajo de las camas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario