viernes, 27 de diciembre de 2013

Les escribo

Inicio de la conversación jueves 26/12/2013 23:51 Les escribo para comentarles algo que me sucedió en varias sucursales suyas de la ciudad de Mar del Plata. Hoy alrededor de las 19:00 hs fui a cambiar unas zapatillas al local de la calle San Juan. En primer lugar, estuve esperando varios minutos hasta ser atendida a pesar de que el local no estaba tan lleno. Cuando finalmente fui atendida, la empleada me expresó que no tenían ese modelo de zapatillas. Cuando le pregunté si podía consultar si había en otros locales, con mucho desgano me respondió que no, que no se podía porque el registro no estaba actualizado. Me pareció extraño porque usualmente no representa un problema consultar esos datos y se le ahorra al cliente el hecho de pasear por la ciudad. Dicho esto fui al centro a recorrer otros locales. Fui al de Rivadavia y Catamarca en donde me atendieron con el mismo desgano que en el local de San juan, salvo que se dignaron a buscar si tenían ese modelo en otro lugar. Efectivamente habían quedado modelos de esas zapatillas en la sucursal de Rivadavia y Santa fe. Cuando me dirigí a esa otra sucursal, fui atendida por dos empleados -que con el mismo desgano- dijeron que no tenían, que seguramente se habían confundido y que vaya a los locales de San Martín. Ya bastante exasperada fui a san martín y ahí me dijeron que no podía ser, que les figuraba que en Rivadavia y Santa fe sí había, que en todo caso no habían buscado demasiado bien. Uno de los empleados de San martín tuvo la delicadeza -haciendo yo el pedido- de llamar a esa sucursal y el encargado le contestó que sí que había. Volví a Rivadavia y Santa fe, bastante soprendida por lo absurdo de la situación, y claramente a hacer uso de mi derecho de cambiar unas zapatillas -que por otro lado son bastante costosas- y ahí se me recibió como si nada. Digo, sin disculpas de por medio. El encargado de esa sucursal finalmente buscó las zapatillas que -efectivamente estaban allí- y que los empleados no habían querido buscar. Hice la transacción y partí con una muy mala impresión de los locales y del trato recibido. No pedí libro de quejas, porque sé que es casi como pedir nada, pero quiero hacer uso de este medio para comentar lo sucedido. Uno hace una compra o recibe un regalo, no está pidiendo nada, es decir, se merece ser atendido minimamente con respeto. Entiendo que las fiestas pueden llegar a ser exasperantes para las personas que trabajan atendiendo al público, pero tampoco eso es motivo para que te traten de esa manera. Atentamente, Flavia Garione.

No hay comentarios:

Publicar un comentario