jueves, 28 de junio de 2018

Cazadoras recolectoras


cuando nos fuimos a vivir al campo
descubrí que podías arrancar frutitas 
de las plantas salvajes
y hacer con ellas dulce de moras,
también unas flores rojas, diminutas
si las chupabas les salía un líquido como la miel
un día hicimos guerra de moras y nuestra ropa quedó violeta
otro día mezclamos moras con vodka
y quedamos tiradas en el pasto a la madrugada
en invierno, juntábamos castañas y las poníamos en la salamandra
pero alguien trajo castañas chinas por error
no son para comer
y casi vomitamos
en primavera si te metían un gol en el descampado
te agarraban entre varios
y te hacían comer a la fuerza mucho cebollín
hasta que escupías y te intoxicabas
es una cebolla silvestre que crece sola
y que en los restaurantes llaman ciboulette
en primavera la calle, la ropa, el pelo, las manos
todo tiene olor a cebollín
a veces juntábamos manzanillas también
y nos la pasábamos por el pelo para quedar más rubias
hacíamos potajes con plantas y nos lo poníamos en la cara
también aloe vera para curar
si no te veían podías entrar a las quintas y robarte unos repollos
aunque te podían sacar a los tiros
no éramos cazadoras
sólo recolectoras o ladronas
pero algunos sí cazaban
cuises, peludos, liebres, pájaros
se los llevaban a sus familias y después se los comían
o los ponían en cautiverio en jaulas
hasta que Marcelo se zarpó y cazó un gato.

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