jueves, 5 de julio de 2018

El otro día a la madrugada tuve una revelación


maquinaba que yo era una criada un poco esclava que se creía muy genia y emancipada
mi cerebro ordenaba: ¡tenés que irte de este país porque acá está todo muy mal y sin posibilidad!
Inmediatamente pensé en países y no se me ocurrió ninguno (debe ser muy difícil llegar sin nada a Nueva York o a Los Angeles donde viven algunas amigas)
Tendría que vivir un tiempo escondida en la casa de una de ellas 
ser ilegal, esperar que me den de comer y me vistan
o me metan en una jaula como ya pasó en 2015
conocí argentinos ilegales que se habían ido en 2001 y que no habían podido volver más
es que si vuelven a visitar a la mamá
ya no pueden entrar otra vez, parecido a Ante la ley de Kafka pero más abstracto 
sólo tienen una posibilidad y no deben desperdiciarla
Allá nadie les dice nada mientras trabajen muy duro para otros 
no tienen vidas lindas pero sí se pueden comprar cuatriciclos y cosas tecnológicas del momento
igual, siguen siendo pobres
viven en zonas fabriles y son despreciados por algunas personas que los contratan
escondidos de los demás, no se quejan
siguen adelante
conocí a Héctor en año nuevo Fontana
me pareció un cabeza hueca porque se había ido por error con amigos,  le dijeron que lo haga y ni lo pensó
sus amigos juntaron algunos dólares y volvieron a Ituzaingó
pero él comenzó a comprar tantas cosas: autos, motos, zapatillas
que ya no pudo volver a Argentina
¿Qué iba a hacer con todo lo que se había comprado esos meses?
Tirarlo?
De ninguna manera, se quedó cuidando sus cosas y nunca conoció pareja ni nada
tampoco muchos amigos, por eso pasaba las fiestas con nosotros
ni sabíamos quién era, sólo que era argentino como nosotros, de Ituzaingó, de Racing y que tenía 5 hermanos y no los extrañaba

No hay comentarios:

Publicar un comentario