martes, 26 de febrero de 2019
lunes, 25 de febrero de 2019
Más me vale salir de este día
Soñé que tres hombres adolescentes querían entrar a mi casa de San
Antonio de Padua y yo cerraba con llave una puerta de vidrio y
llamaba al 911.
Por fin estoy sangrando. Doy vueltas por mi casa sucia y desordenada, hoy pagué sus
impuestos.
Hoy pagué sus impuestos con la plata que dejó mi tío cuando estuve
en Uruguay.
Parece que finalmente voy a licenciar las horas del colegio del
campo. Hoy fui con dolor de ovarios, de mal humor, habiendo dormido
poco. Todas las conversaciones sobre la organización del colegio me
parecían pelotudas ¿Qué mierda hago acá? Por qué no se callan! Y
a cada rato las ganas de ser normal, de que me importen los cuadernos
de comunicaciones y el equipo de orientación.
Sólo hice una intervención que no entendió nadie sobre el fondo y
la forma, de que son inseparables y de que el contenido no se
desprende como una uva del racimo. Dije, entiendo mucho lo que quiere
decir Marta sobre no ser corregida en la mesa de examen por esta
psicóloga que debería ver menos series y leer más. Seguro quedé
como una boluda engreída de mierda.
Como me dijo el otro día Pedro. Me dijo que la verdad yo le había
caído muy mal en el asado y yo le dije, creo no haber hecho nada
para caerte mal. Es más, ese día estaba simpática. Me dijo que le
caí mal porque me aburrí de los juegos grupales y me fui a hacer la
mía. Además, me dijo, parecés una piba de familia de alcurnia.
Nada que ver, nada más lejos que eso. Soy hija de docente y vengo de
una familia trabajadora. La verdad deberíamos recibir menos castigos
de la sociedad por ser como somos. Las reuniones de docentes no
pueden durar cinco horas. Se debería contemplar que te vas de una
escuela. Voy a extrañar la escuela del campo y las nubes de polvo
que me envolvían al entrar. Seguro estas nubes de polvo me generan
un montón de puntos negros en la piel. Seguro nunca me quisieron
mucho pero alguien seguro que sí. Como ese nene que no hablaba pero
que me regaló una taza con un corazón. Un corazón que con el agua
caliente se ponía rojo y que cuando se enfriaba se ponía negro. Yo
creo que algo me quiso decir con eso.
¡Oh personas que tenemos el corazón negro! ¿Habrá algún paraíso
negro para nosotros? ¿Con caballos negros y templos negros? ¿Un paraíso de muñecos de nieve negros en el
que nos entiendan?
martes, 19 de febrero de 2019
Se escuchan gritos de chicas
un audio que todavía
no escuché
y que no sorprende
ni un poco
seguro diga “buen
día” y “cada vez falta menos para vernos”,
pero una chica que
no conozco me dijo:
“se escuchan
gritos de chicas por las noches”
¿Vos los escuchás?
¿Todavía los oís?
¿Escuchás cómo
retumban en las plazas y paradas de colectivo,
en las bicis, en los
fondos oscuros de los puertos, los bares,
y en los descampados
de luciérnagas y cascarudos?
se escuchan gritos
de chicas por las noches
y no únicamente en
esta ciudad,
cuando los escuchan
nadie sale de su casas
se quedan como
encerrados
a pesar de que es
verano
a pesar de que sean
las 11 de la noche
y haya familias que
salen de la mano a tomar helado.
También vio una
mano que no gritaba,
atravesó la ventana
abierta como un rayo
firme y decidido
como un baile
silencioso de conejos hechos con lana.
Se escuchan gritos
de chicas.
Sí, se escuchan
efectivamente gritos de chicas,
de caracoles cuando
se los están por comer,
ranas que gritan
como gatos en las acequias
y tortugas nadadoras
que también gritan,
en las zanjas de
los barrios,
barrios que los
gobiernos jamás van a sanear,
ni arreglar, ni a
iluminar
brillan con la luz
de la luna rojiza del atardecer,
porque el grito de
una chica no está hecho de palabras,
es de fuego y sale
de la mente,
una fogata hecha con
cajones de verdulería
y que nunca se
extingue.
martes, 12 de febrero de 2019
BUSCO TRABAJO BUSCO TRABAJO
Querides
amigues:
La
macrisis nos está golpeando con furia y yo me encuentro en la
búsqueda de trabajo hace algún tiempo medio largo y que se va
estirando cada vez más y más. Soy profesora en letras pero sé
hacer sushi y me gusta mucho cocinar todo tipo de salsas y comidas
étnicas. Con mi amiga Rocío hacemos sushi de excelente calidad.
Trabajo
y trabajé en colegios secundarios variopintos, de extracción
pública, municipal, privada, cooperativista, libre y libertaria de
los bosques del sur, ensalada waldorf y de la selva, colegios de
campo o de ciudad o de la montaña; es decir, todo tipo de colegio
con tendencias pedagógicas extrañas y en la universidad pública
también y doy talleres de escritura.
Mi
especialidad más digna es la poesía argentina pero no tengo
problema, de repente, en dar clases de latín o griego, o de hablar
un rato de los trabajos y los días de Hesíodo o el Popol vuh o el
Estudiante de Salamanca de José de Espronceda o lo que les guste a
ustedes. Me viene bien. Me gusta todo, me gusta la poesía, el arte
y la vida, la teoría y la literatura, en ese orden.
Me
muevo con facilidad por el océano del lenguaje y puedo escribir todo
tipo de textos: publicitarios, curatoriales, fúnebres, canciones,
jingles, ensayos dementes, cartas de amor, cartas amenazantes.
Si
usted de repente necesita un texto, por ejemplo, me puede avisar y
por arte de magia se lo hago aparecer. Así de fácil.
Si
usted necesita una ayuda textual a las 3 de la mañana y entra en
pánico, también. Puedo hacer trabajos en editoriales de todo tipo. Si quiere terminar una carrera universitaria y
quiere que le ayuden a practicar declinaciones o los modelos de
Chomsky, ahí estaré.
Escribo
artículos y reseñas de todo tipo y también hago entrevistas a todo
tipo de persona bien dispuesta y mal entretenida. Estoy aprendiendo a
tirar el tarot aunque todavía no lo domino bien y desconfío un poco
de sus pronósticos.
Mi
sueño siempre fue trabajar en un videoclub aunque ya no existen o
que me paguen por evaluar comidas y vinos. Sin problemas, eso lo
puedo hacer.
Tengo
una relación de empatía total con animales y plantas y puedo cuidar
sus casas y sus mascotas mientras se van de viaje a lugares exóticos.
Una vez intenté ser asistente de famoso millonario, como por ejemplo
una secretaria muy versátil que te organiza la agenda artística y
te dice qué te queda bien y qué cosa no te conviene hacer. Es decir, asistente del buen criterio.
Otra vez
escribí un cachito de guión para un corto que compitió por no sé
qué en el bafici y actuaban conocidos intengrantes del jet set
nacional.
Me
gusta mucho la música y puedo hacer reseñas sobre sus bandas
nuevas, la nueva ola, la ola indie o la onda canchera pop y
experimental, ir a recitales y escribir crónicas sobre ustedes así
les va mejor. Por otro lado, también tengo antecedentes de
investigación aunque ya no den casi becas de nada, de la nada misma.
Me
gusta mucho investigar y espiar todo tipo de asuntos indiscretos. Me
gusta mucho la historia y puedo dar clases particulares y solucionar
baches y lagunas que tengan sobre la historia argentina reciente.
También podría ser una agente misteriosa de la side o representante
de alguien que se esté iniciando en el camino del éxito.
Por
último, puedo corregir textos y organizar festivales y agendas
culturales. En fin, no se me ocurre por el momento nada más. Ya sé
que, como dice Arlt, la ciudad está congestionada de empleados pero
siempre se puede probar en el gremio de la desocupación. Lo que no me gusta para nada es lavar
platos.
No
tengo problema en trabajar de uber.
¡Muchas
gracias!
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