26/06/2014 19:01:53
Pensé que iba a vivir una
aventura pero al final no pasó nada y ya me cansé de probar. Es como esa vez,
tendría ocho años y me llevaron al parque de la costa. Estaba muy emocionada y
al final fue una mierda porque había colas de 500 personas en todos los juegos
y fue re aburrido. Al final mi papá me llevó a lo único que no tenía cola: una
obra de teatro de monstruos que se tiraban pintura. A pesar de eso, en mi mente
construí un falso recuerdo en el que estamos mi papá y yo arriba de las tazas
giratorias re felices. A los 24 años estoy tirada en un sillón. No pienso en
nada, tengo la mente en blanco, por momentos me siento un animalito. Mi familia
me dice constantemente que soy muy impulsiva y que no pienso. Ellos se
equivocan. Antes de irme a dormir pienso despierta varias horas.
Todas las mañanas cuando
voy a trabajar pongo el mismo disco: 20 éxitos Quilapayun. Me imagino que estoy
tocando el charango re bien y que un montón de gente me admira y dice “toca
maravilloso y me trasmite muchos sentimientos”. No me interesan los
instrumentos porque odio a los músicos. La gente deposita mucho en los músicos
y al final se termina decepcionando. Me gusta que todo quede en el plano de lo
imaginario porque es un lugar tranquilo y privado. Y a nadie le importa lo que
yo esté pensando. A nadie le importa nada.
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