martes, 27 de mayo de 2014

ROBAR

27/05/2014 22:08:01

Hoy robé en el supermercado. Robé un kinder sorpresa color rosa. Lo iba a pagar pero ¿por qué pagar si se puede robar? Nadie lo notaría en el bolsillo de esta campera que parece una frazada. Seguí comprando más cosas y seguí pensando en robar: salsas ranch de 40 pesos, papas importadas, carne, más golosinas. Cuando salí por la puerta el guardia de seguridad estaba muy distraído mirando para cualquier lado. Los guardias de seguridad dejan de estar receptivos a las ocho de la noche. Están pensando en volver a sus casas para tomar y comer lo que se robaron durante el día. Las  góndolas son accesibles y ofrecen algo para todos. Los empleados del supermercado también le roban al supermercado. Y yo clienta inconstante puedo robar, participando del mismo circuito.  

Hoy también renuncié al colegio. Cuando estaba esperando en dirección (me hicieron esperar una hora) casi robo un libro de alfaguara gordo y celeste de 100 años de poesía argentina. Cuando estaba en preceptoría cerrando las notas de trimestre quise robar dos microfibras. La preceptora me dijo que yo no estaba preparada para lo docencia “en otras escuelas le dan tijeretazos a los profesores o les cortan la cara y vos acá te quejás de nada”. Cuando dijo eso le quería escupir la cara pero me contuve. Entonces le dije “Chau Alejandra que te vaya bien”. Y comprendí que Alejandra (avón) era como uno de los tantos muebles del colegio y que ya fue. Me fui repitiendo “no tenés que pelear más, no tenés que pelear más”.

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