martes, 20 de octubre de 2015

El otro día leí un poema maravilloso de Noah Cicero, la traducción es de Caterina Scicchitano. El libro se llama Gaucho Bipolar y es de editorial Gigante.



LA VERDAD INNOMBRABLE

Noah estaba meditando en la entrada de su casa
Al noroeste de Las Vegas
cuando un hombre en una nube voló hacia él.
Era Jeon Uchi.
El mago taoísta que vivía en Monte Taebaek.

Llevaron a Noah hacia Corea del Norte.
Para sentarse en una manta en el Monte Taebaek.

Jeon le dio una taza de té a Noah.

Noah le preguntó
Cuáles eran las verdades innombrables
de las que no se hablaban.

Jeon Uchi respondió que es una verdad innombrable,
una verdad que todos saben,
pero la que nadie se anima a mencionar en voz alta.

Noah trató de tomar su té, pero estaba muy caliente.

Jeon Uchi continuaba.
“Norman Mailer apuñaló a su esposa.
William S. Burroughs disparó y mató a su esposa.
Kerouac le pasaba la manutención a su hija,
Pero negaba verla. Estas personas
fueron unos épicos tarados”.

La gente ama a otras personas a pesar de cualquier mierda que hagan.

Perdonamos a las personas, incluso cuando no lo piden.
¿Por qué queremos a estas personas?
¿Por qué perdonamos la maldad?

Estupidez.
Superficialidad.
Las intenciones más oscuras.
Perdonamos porque estamos aferrados,
Los conocemos por mucho tiempo,
Los catalogamos por familia o amigo.
Queremos tener sexo con ellos.
Porque nos entretienen.

Perdonamos a quienes abusan de niños si es que hicieron buenas películas.

La verdad innombrable
es que necesitamos leyes por escrito
que tienen orígenes míticos
con armas para tenerlas protegidas.

Porque ya somos bastante permisivos con nuestros amigos y familia.
Nos ponemos de su lado, incluso cuando se equivocan y están
mintiendo.

El mundo sería un caos sin leyes, no porque somos bestias salvajes,
Sino porque perdonamos mucho.


El té de Noah estaba finalmente tibio para poder tomar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario