12/07/2013
23:14:04
El
restaurante de enfrente está cerrando. Desde la ventana puedo ver que sacan los
manteles blancos. Unos segundos después dos mozos fuman en la puerta. Es
evidente, hoy fue una noche mala. Mientras espero que Windows inicie cesión,
pienso: ¿A dónde nos llevará el lenguaje de las computadoras? Windows tarda
demasiado y mi paciencia se agota. A la mañana me pasó lo mismo. En el
colectivo, un chico leyó su curriculum vitae una y otra vez durante una hora.
En un segundo una idea recorrió mi mente: quitarle la hoja, inmediatamente y
sin pensar. No entiendo el lenguaje de las computadoras. No quiero que me
expliquen cómo funcionan. Solamente espero una cosa. Dentro de veinte años voy
a tener cuarenta y tres. Me gustaría vivir adentro de un video juego. Si me
dieran elegir ya tengo la respuesta: el rey león. No puedo pensar en otra cosa
que no sea esas pantallas verdes, fosforescentes. Animales salvajes que pueden
quitarte la vida en un segundo. Con un botón salto, con otro puedo rugir, con
otro le tiro rayos al malo que se resiste. Uno dos tres nos batimos a duelo.
Gané la pantalla y pasé a la de las jirafas.
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