Cuando mi
abuela murió
encontramos
entre sus cosas
una película
18 milímetros
que jamás
nadie había visto,
pasó mucho
tiempo
hasta que
encontré
cómo reproducirla.
Un domingo
a la noche
un amigo coleccionista
que tiene
un ciclo de cine alemán
la pasó.
Fue minutos
antes de que pasaran
Lola de Fassbinder.
Es la
historia de una puta
que se
enamora de un
funcionario
público
después de
la guerra,
Bah, decir
que se enamora
es querer
contar la película
demasiado rápido
querer pasar
por este poema
demasiado rápido,
decir que
se enamora
no se
ajusta
a la verdad
de los hechos.
Por otro
lado,
la película
de mi abuela
era en realidad
una
publicidad
del restaurante
en el que trabajaba
en los
setenta.
En el film
podían verse
una serie de platos,
carteles de
neón
que decían
“mesón
español”
y “fortín
la mancha”
No entrar
en estos
detalles
es querer
pasar por el
poema demasiado
rápido, pasar
por la vida
demasiado
rápido
como sin
ver.
También
grababan
al dueño
del restaurante
(su amante
durante mucho tiempo)
con el que engañó
a mi abuelo
hasta que
lo dejó
por el otro,
como Lola
y del que
estuvo
verdaderamente
enamorada
(recorrieron
el país
en una casa
rodante, con una caja
de whisky
en el baúl).
Recuperar esa
historia
es un
misterio,
ella no aparece
en la película
pero cuando
filman
las instalaciones
de la
cocina
veo su cara
dos segundos,
el vestido
floreado,
el rodete
tirante y los ojos claros,
muy claros
parecidos a
los míos
pero más
claros
aunque
también podría ser
cualquier
otra.
Los muebles
del restaurante
estuvieron mucho
tiempo
en mi casa
cuando el
lugar se vino a pique
durante el
rodrigazo,
cerraron sus
puertas
pero nos
quedamos
con los
fragmentos.