viernes, 20 de mayo de 2016

el lugar más austral del mundo



El lugar más austral del mundo
se llama Mar del Plata
Es una ciudad en la que
tenemos bufandas y guantes
El mar tiene bloques de hielo y animales gordos
con tapados de piel.
Barcos congelados, encallados en la arena.
La paradoja es que la nieve
en este lugar
no existe.
Una vez nevó a las cinco de la mañana,
seis años atrás, justo estaba en un boliche.
Mis amigas se habían ido con chicos
Y me quedé bailando sola en medio de la pista
Ya no quedaba nadie
ver la nieve en la ventana fue como magia,
Porque estaba triste en ese momento
Recuerdo mi sentimiento de perplejidad
Y la nieve como un bálsamo,
Copitos que flotaban como una película norteamericana
Cuando salí a tomarme el taxi
Ya se había derretido
¡tan lindo fue y tan breve!
¡Siempre te recordaré nieve de las cinco de la mañana!

Otra vez, fue en el 2006
El año más frío de todos
Todavía vivía con mi familia
Y armamos un muñeco chiquito y débil
enseguida se deformó hasta hacerse agua podrida,
duró diez minutos, y en las ramas de los árboles
un poco más,
después se hicieron charcos de barro,
y el parque un pantano helado cubierto de escarcha
me reí mucho aunque
nunca pensé ese episodio como una metáfora de nosotros.

jueves, 12 de mayo de 2016

amo la violencia

Desde que tomé horas en la escuelita
 no escribo muchos poemas
atrapo imagenes y si me tuviera que identificar con un animal
podría ser un león cansado
por un momento, ya se habían ido todos
tres mitades de manzana estaban reposadas sobre mi escritorio
no sé si eran un regalo o un descuido
y una luz apagada del otoño las iluminaba

domingo, 1 de mayo de 2016



Soñé que era perseguida por Patricia Bullrich.

Iba a trabajar, como casi todos los días, a la escuelita del campo y veía una escena confusa de tiros y persecución. 

Después de ser testigo de algo que no tenía que ver, evidentemente, esta mujer me perseguía para matarme.
Entonces todo era correr. Corría por campos extensísimos, por bosques de árboles gigantes, por calles que no conozco muy angostas y con precipicios.
Hasta que llegaba a una estación y me metía en un tren que iba para constitución. Me cortaba el pelo y me escondía entre el equipaje.

Entonces ella pasaba por el pasillo con cara de mala, miraba para todos lados y se alejaba. Yo pensaba ¿cómo es que esta mujer viene a buscarme personalmente? ¿No tiene nadie a su cargo que haga el trabajo sucio?

 En el tren me encontraba con mis primas y robábamos pizza. Después no sé.