domingo, 20 de octubre de 2013

20/10/2013 21:26:49 yo no abandono me trajeron un café que tiene mi nombre mi nombre y lo puse de adorno en la cocina ¿cada uno Tiene la personalidad que le toca? ayer me senté en un bar una chica hacía flores con servilletas ¿para sorprender? su novio no la miraba a los ojos. compré un cuaderno lo puse en la guantera del auto voy a escribir dije cosas que vea y que no pueda explicar como ese lobo marino sin cabeza ¿estás seguro de qué querés pasar tiempo conmigo? no te lo recomiendo si escribir no es tener un registro de algo ¿qué es?

martes, 8 de octubre de 2013

No tengo con quien hablar

08/10/2013 16:56:33 Últimamente no tengo con quien hablar y estoy muchas horas sola en mi casa. Me pregunto muchas cosas, como por ejemplo, si mi relación debe continuar o no. Hago apuestas absurdas conmigo misma. Si adivino la canción que sigue en el disco quiere decir que mi relación debe continuar, si no la adivino quiere decir que no. Si en la verdulería tienen limas quiere decir que mi relación debe continuar. Si hoy leo más de 100 páginas quiere decir que mi relación debe continuar… bueno así sucesivamente. De la misma manera pienso que todas esas preguntas que me hago son un error. Aparecen en mi mente porque estoy muchas horas entre paredes blancas, ese vacío me induce a preguntarme cosas sin sentido ¿puedo modificar, de esta manera, la vida de los demás? Una decisión puede llevarme a vivir en otros lugares y por lo tanto, conocer otra gente. Comienzo a hacer hipótesis en este sentido e imagino la vida de otras personas y las decisiones que tomaron. Pienso en mi abuela, su decisión de vender su departamento en Capital y de mudarse al campo cambió la vida de toda la familia ¿sabía eso cuando tomó la decisión? ¿se imaginó a sus nietos, jugando con ovejas, juntando margaritas?

sábado, 5 de octubre de 2013

Acá en el descampado donde los perritos saltan como ovejas puedo pensar una realidad dentro de la realidad: “vos, brazos extendidos volando sin dirección rebotando contra las paredes” Y bueno, es que está todo mal entre los aguiluchos y las palomas y entre nosotros también, aunque no digamos nada.